La
semana pasada una persona de 70 años dejó de existir en la terminal y
una ONG denunció que dejaron de ver a las demás. Piden ayuda.
El
jueves 24, una persona en situación de calle falleció en la plataforma
60 en frente del destacamento policial de la terminal Padre Contreras.
“Murió
solo como un perro. Murió de frío, el pobre hombre. Estuvo tirado en el
banco frente al destacamento policial desde las 2 de la tarde y nadie
lo ayudó”. Este es el relato de un inspector de seguridad de la terminal
de ómnibus que lleva trabajando 23 años en ese lugar y quien asegura
que cada vez hay más personas durmiendo en el costado sur de la estación
ubicada en Guaymallén. Y es que el jueves pasado, a las 19, en la
terminal Padre Contreras falleció un hombre de aproximadamente 70 años
que se encontraba en situación de calle. Según las personas que trabajan
como seguridad privada del lugar, esta persona estuvo tirada en la
plataforma 60 desde las 14 y falleció a las 19 sin recibir ayuda alguna.
El día anterior lo habían encontrado tirado en una acequia con agua y
lo habían retirado de ahí porque tiritaba de frío. Por su lado, desde el
área de Desarrollo Social de la Municipalidad de Guaymallén aseguraron
que falleció mientras era entrevistado por una trabajadora social. “Desde
la comuna nos estamos encargando de los casos uno por uno. Ahora
estamos tratando dos puntuales: en Capilla del Rosario y en Villanueva.
Hay varias personas de la calle que se resisten a recibir ayuda y el
caso del seño fallecido el jueves era uno. Nosotros recibimos la
denuncia y una trabajadora social se traslado al lugar y mientras
hablaba con ella su salud colapso (sic). Se llamó al servicio médico y
cuando la ambulancia llegó ya había muerto”, comentó Augusto Rosales,
titular de Desarrollo de Guaymallén.
En una de las fuentes de la terminal, la gente en situación de calle suelen refugiarse por las noches.
Y
si bien hasta el momento se sabe sólo del fallecimiento de este hombre
que era indocumentado, desde Voluntario en Red confiaron que de las
personas que ellos suelen asistir semanalmente hay tres que han
desaparecido. “Todos los sábados les damos de merendar en la plaza San
Martín y hemos visto que ya hay tres personas que no están asistiendo.
La gente en situación de calle con las que se suelen reunir no saben
nada de ellos y temen que hayan muerto de frío. Están son personas que
no quieren ir al refugio del Gobierno porque aseguran que hay problemas
de convivencias severos”, expresó Hugo Fiorens, quien dijo que ya le han
solicitado muchas veces al Ministerio de Desarrollo que se encargue de
instrumentar un hogar permanente para personas sin techo. Actualmente,
el refugio que el Estado ha implementado tiene capacidad para 50
hombres y es sólo para pasar la noche, por la mañana deben retornar a la
calle. Desde el Ministerio aseguran que en el refugio El Camino no sólo
se brinda asistencia con techo, abrigo, calzado y alimentos, sino que
también se previene la cronicidad, brindando contención y elaborando
dispositivos para fomentar el desarrollo personal. Juan Carlos
Villegas, director de Emergencia Social, detalló que tiene relevados 35
hombres que no quieren asistir al refugio y que suelen dormir en puntos
fijos. “A esa gente tratamos de asistirlas con abrigo y comida, ya que
no las podemos obligar a que vayan al hogar ni detenerlas porque no
están cometiendo ningún delito. Los profesionales tratan de persuadirlos
para que entiendan que van a estar mejor en el refugio pero se
resisten. Muchos no tienen motivos específicos y otros no quieren ir
porque han tenido malas experiencias en estos sitios”, explicó el
funcionario. “En los últimos tres inviernos el Gobierno provincial
no ha tenido una política integral para las personas en situación de
calle. Sólo se ha limitado a abrir un refugio de 20 a 8 horas,
aproximadamente, para un cupo limitado que no se sabe, ya que desde el
Ejecutivo siguen sin responder a un pedido de informes que presenté el
13 de mayo. Es más, consideramos que es necesario que se tomen medidas
que abarquen no sólo la posibilidad de darle un techo por las noches,
sino una atención médica y social de cada persona que llega a esta
situación, teniendo en cuenta su futura inserción en el sistema
laboral”, manifestó la diputada radical Lorena Meschini.
Los trabajadores de la terminal aseguran que cada vez más personas van a dormir al costado Sur de la misma.
En
este sentido, Villegas comentó que el 11 de agosto comenzarán un curso
de panificación para que estas personas tengan una salida laboral y
unos días antes comenzarán con talleres de alfabetización en la iglesia
de La Merced. Mientras tanto, quienes trabajan a diario en la
terminal de ómnibus y alrededores están preocupados por la cantidad de
personas que duermen en el costado sur donde han tomada varios rincones
como refugio nocturno. En el centro de una fuente de agua que no
funciona suelen dormir y quienes se acerquen a la misma pueden ver que
está colmada de cartones ya lgún que otro colchón. Mientras que en
otras que se encuentra más hacia el Sureste suelen realizar una fogata y
amontonarse alrededor de ella. Lo cierto es que no hay
estadísticas formales que especifiquen la cantidad de personas que viven
en la calle en la provincia. Mientras que desde el Ministerio de
Desarrollo aseguraron que no son más de 300, desde la ONG Voluntarios en
Red confiaron que son cerca de mil. “La falta de información por
parte del Gobierno sobre la cantidad de personas que viven en la calle,
como así también otras estadísticas, provoca que no se tomen las
medidas adecuadas para dar una solución integral a este problema. A
esto, hay que sumarle que no se sabe cuál es la situación que vive
durante el día. Ante esto, es indispensable contar con información no
sólo sobre la cantidad de personas que se encuentran en estas
condiciones, ya que no se los puede tomar sólo como un número, sino sus
edades, si poseen o no familia, posibles enfermedades y todo lo
relacionado con su calidad de vida, como la alimentación que reciben.
Estos datos permitirían contar con un programa en Mendoza que erradique
esta triste realidad”, agregó Meschini.
Para ayudar Desde
Emergencia Social explicaron que quienes vean a una persona de la calle
cuya salud se encuentre en riesgo llamen inmediatamente al 911 para que
los auxilien. Mientras que para ayudar a personas sin techo deben
comunicarse al 4493027 o al 155690243.
Se duplicó en Mendoza el
promedio de ataques fatales que involucran a jóvenes de 15 a 30 años. En
2014 se han registrado 37 casos. La estadística, elaborada por
Voluntarios en Red, compara el primer trimestre de este año con igual
período de 2013.
Las denominadas “muertes sociales” preocupan, y más en estos días
en los que se han producido linchamientos en todos el país.
Por Cecilia Amadeo
amadeo.cecilia@diariouno.net.ar
En apenas tres meses se duplicó el promedio de muertes violentas de
jóvenes mendocinos de entre 15 y 30 años, según unas estadísticas
elaboradas por Voluntarios en Red Mendoza. Mientras que el año pasado
fallecieron 76 personas, lo cual arroja un promedio de 6,3 por mes, en
el primer trimestre de 2014 se registraron 37 decesos, es decir, 12,3
por mes. El dato cobra relevancia frente a los linchamientos ocurridos
en diversas provincias del país en los últimos días y enciende, para la
ONG, una “señal de alarma que debería ser vista tanto por las
organizaciones de la sociedad civil como por el Estado”, aseguró Hugo
Fiorens, uno de sus miembros.
El informe de la ONG, realizado en base a datos obtenidos de las
publicaciones de los formatos digitales de los diarios de mayor
importancia de Mendoza, recopila los casos en que personas perdieron su
vida en hechos violentos, los cuales son clasificados como “muerte por
violencia social”, entendida como aquella donde el fallecimiento se
produjo “por el uso de armas de fuego, armas blancas o elementos
contundentes”.
“La metodología empleada para el programa Abrazame Ahora es similar a la
que utilizamos para nuestro programa de Padres y Familias Preventoras
en accidentología vial, donde la base es chequeada día a día durante los
365 días del año”, advierte Fiorens.
Así, las planillas de la ONG acusan recibo de los asesinatos que a
diario pueblan los policiales de la prensa escrita y pintan, para
Fiorens, “una realidad social de estos tiempos”. El objetivo
Según las proyecciones de la ONG, de aquí a fin de año perderán la vida
como consecuencia de la violencia social unos 150 jóvenes. Piense,
lector, por ejemplo, en que desaparecieran las cinco divisiones de
tercer año de cualquier escuela secundaria.
“Por eso queremos abrir el debate. Tanto el Gobierno como las ONG
tenemos que trazar estrategias claras y urgentes. Hay que ver qué está
pasando con el consumo de alcohol y de drogas, con la deserción escolar y
la falta de entusiasmo que gira en torno de la vida escolar. La mayoría
de estos casos provienen de hogares con violencia social, con golpes,
son chicos mal alimentados y con condiciones de vulnerabilidad”, asegura
Fiorens. Los linchamientos
En los últimos días nuestro país ha sido testigo de un fenómeno que ha
dejado estupefacto a miles de ciudadanos. Personas comunes, de a pie,
arremeten contra carteristas, rateros o ladrones pescados in fraganti,
descargando contra ellos una lluvia de golpes y patadas que los han
llevado, al menos en un caso, a la muerte.
Fiorens advierte que se trata de “una violencia que todos tenemos dentro
pero que muchas veces se satura y nos lleva a la furia, por eso se le
pega a uno que robó una cartera como si hubiese matado a una persona.
Somos una sociedad que habla más de lo que hace. He escuchado por estos
días a mucha gente diciendo que está en contra de linchar delincuentes
pero que le parece bien que otros lo hagan. Hay un doble discurso: se
condena a la policía por los casos conocidos de gatillo fácil o abuso de
autoridad, pero se aplaude cuando unos salen en contra de otros a los
golpes”.
En este sentido, pidió mirar a los delincuentes desde otra perspectiva,
“viéndolos como victimarios pero también como víctimas de un sistema.
Esto nos interpela a trabajar en la no discriminación, en la igualdad de
oportunidades en el estudio, pero una igualdad real y concreta”.
"Policializar"En Córdoba. El jefe de la Policía de Córdoba, Julio
Suárez, dijo que “vamos a policializar la capital para evitar el
accionar de arrebatadores, pero también para impedir que le gente actúe
con mano propia. “Nadie puede hacerse el justiciero”, agregó el
gobernador De la Sota.
Preocupante
Por cada persona joven que muere por violencia, entre 20 y 40 sufren lesiones que requieren tratamiento médico.
Entre los jóvenes involucrados en comportamientos violentos y
delictivos, la presencia de alcohol, drogas y armas incrementa la
probabilidad de que las lesiones o muertes estén asociadas con la
violencia.
140 muertes en total hubo en todo el 2013 por violencia social.
51 muertes en total hubo en el primer trimestre de este año por violencia social.
¿Qué hacer?
Ante la duplicación del promedio de muertes violentas en jóvenes de
entre 15 y 30 años en el primer trimestre del año, en comparación con la
media surgida de los casos de 2014, la ONG Voluntarios en Red, a través
de su programa Abrazame Ahora, que busca prevenir la violencia social
juvenil, propone: Detener el maltrato infantil: no aceptar ninguna forma
de violencia contra niños, niñas y jóvenes. Desempeñar responsablemente
la paternidad, desarrollando vínculos afectivos entre padres e hijos,
promoviendo valores no violentos. Incluir en la escuela normas generales
y planes de enseñanza eficaces que fomenten actitudes y comportamientos
no violentos y no discriminatorios, como el sexismo, el machismo, la
homofobia y el clasismo. Desarrollar programas que permitan detectar
casos de violencia y/o de consumo de sustancias para su canalización a
servicios de orientación y atención rápida y gratuita.
El
sábado, un hombre de 30 años en situación de calle se descompuso y
cuando se solicitó ayuda a ese número, una confusión hizo que no llegará
ninguna ambulancia.
Una
telefonista del 911 será sancionada por no haber
informado correctamente las coordenadas para que un móvil concurra a un
pedido de auxilio en la plaza San Martín de Ciudad. En ese espacio
público se descompuso un hombre de unos 30 años en situación de calle
para el que se solicitó una ambulancia que nunca llegó.
Como cada
sábado y a pesar del Zonda, la ONG Voluntarios en Red Mendoza se reunió
en esa plaza para darle la mediatarde a personas en situación de calle.
Eran unas 40 personas, cuando pasadas las 17, un hombre sufre
convulsiones y llaman al 911 para pedir auxilio.
Pasó una hora del
primer llamado y ante la ausencia de personal que concurriera a
auxiliarlo, volvieron a reclamar y para sorpresa de quién realizó la
segunda llamada la telefonista le dijo que el móvil 2693 de la policía
se había acercado y no había encontrado a nadie. Quien realizó este
segundo llamado fue la diputada radical Lorena Meschini, que se
encontraba en el lugar conociendo la tarea de la ONG.
De esta
manera, la funcionaria le hace saber a la operadora telefónica que hará
llegar un pedido de informe a su superior para que le dé explicaciones
de lo ocurrido ante la sospecha de que no asistieron por tratarse de una
persona de la calle.
Ante
la consulta de este diario a los responsables del 911, el comisario
inspector Daniel Mendoza revisó los llamados realizados y corroboró que
fue la telefonista quién no comunicó correctamente el punto donde estaba
el hombre con aparente ataque de epilepsia. En la primera comunicación
telefónica, Hugo Fiorens da aviso de que hay una persona en situación de
calle e indica que se encuentran frente al Banco Francés en calle
España, entre Gutiérrez y Necochea. La operadora le dice que va a enviar
un móvil y pide que verifiquen a través de la cámara de seguridad si
identifican a alguien tirado en el piso.
Según el comisario
inspector Mendoza, la confusión surge porque la mujer que recibe el
llamado informó que el hecho es en España y Nechochea y no indica las
coordenadas exactas. Así es que un móvil de preventores se ofrece a
acercarse al lugar y lo hacen por calle Gutiérrez sin poder identificar a
nadie tirado en el piso.
“En las cámaras de seguridad no se
divisa ningún hombre en el piso ni amontonamiento de gente. El preventor
informó que se bajó y caminó hasta la mitad de la plaza y que no vio
nada por lo que no hacía falta que se desplazara el móvil policial”,
detalló el comisario, quien hizo escuchar a este diario los dos llamados
que se efectuaron al 911 e insistió que se trató de un error de
comunicación y no de mala voluntad.
“Se atiende todos los llamados
y se deriva a quién corresponde dependiendo la urgencia. Si es de salud
se manda la ambulancia, si es un hecho de inseguridad a la policía y en
caso como estos se recurre a los preventores. No tiene nada que ver que
sea una persona de la calle”, dijo Mendoza, quien expresó que la
telefonista recibirá una sanción disciplinaria que consistirá en cuatro o
cinco días de suspensión por informar mal al despachador.
Por
su lado, Meschini ha elevado un proyecto a la Cámara de Diputados para
que se solicite al Ministerio de Seguridad explicaciones sobre el
funcionamiento del 911. La funcionaria también contó que ese mismo
sábado se sorprendió porque luego de lo ocurrido, la operada le devolvió
el llamado para darle explicaciones. Sobre este último llamado, el
comisario inspector aseguró que no tienen grabaciones ya que desde las
“vinchas” no se pueden realizar llamados.
“En los boxes los
operadores no tienen salidas ni a fijo ni celulares. Sólo pueden recibir
llamadas de emergencias y todas ellas quedan grabadas. No tienen
salidas para evitar que se pongan a conversar con familiares y amigos.
Por lo tanto, si la operadora la llamó a la diputada lo hizo de otro
teléfono y de eso no hay registro”, concluyó Mendoza.
Lo cierto es
que el joven que sufrió una descompensación, no recibió asistencia y se
retiró del lugar porque según le dijo a los presente es cuidacoche y
debía irse a trabajar.
Vivía con una familia cuidadora hasta que el viernes 1
de agosto decidió no entrar a la escuela. Desde ese día no se sabe nada
de ella. La Dinaf descarta un caso de trata.
Ignacio de la Rosa - idelarosa@losandes.com.ar
El viernes 1 de agosto una adolescente de 15 años
bajó del transporte escolar que la llevaba a la Escuela Especial de Arte
Aplicado -allí cursa el primer año del secundario-, pero no entró al
establecimiento (según testigos, ella tomó la decisión de no hacerlo).
La chica había estado viviendo con una familia de guarda hasta días
antes de ese viernes, pero recientemente la habían trasladado a un hogar
de tránsito de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf).
Según le comentó a sus compañeras de curso, los últimos días en que fue a
clases no se encontraba a gusto en su nuevo lugar de residencia y no
descartan que ese haya sido el motivo que originó su decisión de no
entrar y escaparse.
Los directivos de la escuela fueron los primeros en radicar la
denuncia, tanto en la Dinaf como en el 911. En tanto, desde la
dependencia del Ministerio de Desarrollo Social radicaron la denuncia
judicial por averiguación de paradero. “Ya estamos trabajando en el
rastreo con algunos indicios y está la denuncia por búsqueda de paradero
en la Oficina Fiscal 9 de Guaymallén. Es importante que cualquier
persona que tenga noticias o certezas sobre dónde puede llegar a estar
la chica dé aviso a la Justicia”, indicó Patricia Spoliansky, directora
de la Dinaf.
Asimismo, fuentes de la investigación descreen que la ausencia de la
chica esté vinculada al delito de trata de personas, aunque desde su
entorno resaltaron que la adolescente había sufrido abusos anteriormente
perpetrados por su círculo más íntimo.
Sin problemas en el colegio
Román Aguilera, vicedirector de la escuela donde M. C. (se resguarda
su identidad) cursa en primer año y a la que asistía regularmente hasta
el 1 de agosto, indicó que la chica no volvió a clases desde entonces y
que nadie tiene noticias de ella.
“Por lo que nos contaron, ese día ella bajó del transporte y no quiso
entrar a la escuela, se fue. A sus amigas y compañeras de curso les
había contado los días anteriores que vivía en un hogar, con una familia
que la cuidaba, pero que recientemente la habían pasado a un hogar de
tránsito de la Dinaf y que no quería estar en ese nuevo lugar”, resaltó
el vicedirector de la escuela ubicada en Florencio Sánchez y Azopardo
(Godoy Cruz). Desde la institución avisaron al 911, a la Dinaf y al
Órgano Administrativo Local (OAL), donde le confirmaron que la niña
tampoco estaba en el establecimiento al que había sido trasladada.
Del mismo modo, el directivo escolar aclaró que la chica no tenía ningún tipo de problemas en el colegio.
Según trascendidos, días antes de tener noticias por última vez de la
adolescente, ella había pedido permiso en el hogar de tránsito al que
la habían trasladado para ir a visitar a su hermana. A los tres días
regresó y luego volvió a irse, aunque lo hizo sin previo aviso en
aquella oportunidad, y nunca regresó.
“En los hogares de tránsito no hay fugas, básicamente porque los
chicos no están presos allí ya que son menores de edad. Desde hace 10
días no tenemos noticias, pero se están haciendo tareas de rastreo y no
se descarta que haya un tema familiar de fondo. Está casi descartado que
esté en una red o algo raro”, confió una fuente de la investigación.
Antecedentes familiares
Uno de los detalles que más preocupan en la búsqueda de M. C. está
vinculado a los antecedentes familiares de la chica. Según trascendió,
mientras vivió con su familia más directa fue víctima de episodios
violentos y abusos, hechos por los cuales la justicia la puso junto a
sus hermanitas más chicas a la guarda de la Dinaf.
Por otra parte, el grupo Voluntarios en Red Mendoza cuenta con el
programa “Abrazame ahora” que -según indicó su coordinador, Hugo
Fiorens- atiende todos los reclamos que llegan de efectores sociales o
educativos que han realizado denuncias a la OAL y a la Dinaf y que se
encuentran estancadas o no son atendidas en tiempo y forma.
Justamente a ese grupo ingresó el jueves de la semana pasada (7 de
agosto) la denuncia referida a la ausencia de esta chica de 15 años, de
quien no se tenía información ni datos desde antes del fin de semana.
“Vemos que hay mucho temor por parte de los efectores a la hora de
denunciar estos hechos por la posibilidad de que pierdan sus trabajos.
Ni bien nos llegó la denuncia, la transmitimos a la directora de la
Dinaf, quien en principio desconocía la situación y esa misma noche del
jueves me confirmó que eso había ocurrido”, indicó Fiorens a Los Andes,
quien resaltó que le resulta más que extraño que la primera denuncia se
haya hecho desde la escuela y no desde el mismo hogar de tránsito donde
vivía la chica.
“Algo que me llama mucho la atención es la falta de confianza en las
personas que dirigen las instituciones. Es como si las personas hubiesen
encontrado más seguridad en nuestra red que en el Estado mismo. También
he notado el agotamiento de distintos efectores luego de denunciar y de
luchar sin que nadie haga nada”, resaltó.
“Ahora nosotros nos quedamos tranquilos porque todo está en vías
oficiales y con la denuncia correspondiente hecha, pero nos llamó la
atención que las autoridades tomen conocimiento del episodio aún después
que nosotros. En estos casos siempre está la duda y el riesgo de que a
la menor le pudiera haber pasado algo grave o pudiese estar el delito de
trata en el medio. Nos preocupa que hayan pasado tantos días y todavía
no haya noticias de la menor”, se explayó Fiorens, quien resaltó e
insistió en que la red que integra “está abierta a escuchar y atender
todas las denuncias por vulneración de derechos a los menores y para
incitar a la sociedad a que denuncie y que se comprometa para que la
indiferencia no sea parte del problema”.
La Asociación “Voluntarios en Red” alertó que en la
provincia este tipo de maltrato cometido por adultos es permanente. El
caso de Julio.
Imagen ilustrativa. |@ Internet
Recorren, desprotegidos, las calles en busca de
algunas monedas. Esperan largas horas en la puerta de paseos de compras,
restaurantes y supermercados.
Venden estampitas, llaveros o flores y en las frías noches de invierno se los ve en las calles más concurridas cuidando autos.
A pesar de las leyes vigentes en materia de protección de los
derechos de la infancia, en nuestra provincia cada vez más niños y niñas
se encuentran en situación de mendicidad.
El sábado por la noche esta realidad mostró su saldo más triste:
Julio, de cuatro años murió después de ser atropellado por un auto en el
Corredor del Oeste (Godoy Cruz).
Ese día, el pequeño que se encontraba con un avanzado cuadro de
desnutrición, había salido a pedir dinero junto a su hermana de diez
años a la altura de calle Paraná, donde hay un semáforo.
Quienes trabajan para revertir esta problemática son testigos de los
malos tratos y los riesgos que sufren a diario una gran cantidad de
niños, que como Julio, son víctimas de la explotación por parte de los
adultos.
La asociación “Voluntarios en Red” reveló ayer un informe que llama
la atención sobre el tema. Allí se indica que sólo en los departamentos
del Gran Mendoza, hay en la actualidad al menos 500 niños y niñas de 0 a
14 años que se encuentran en situación de mendicidad.
“Este año se han sumado muchos más chicos que están en riesgo
permanente e incluso son utilizados para robar”, aseguró Hugo Fiorens
coordinador de la entidad que trabaja gracias a la colaboración de unos
20 mil voluntarios en todo el territorio.
La naturalización de esta problemática que vulnera los derechos del
niño junto a la necesidad de acelerar los mecanismos desde el Estado
para revertirla, son dos aspectos sobre los que Fiorens hizo especial
hincapié.
Según explicó, aunque muchas veces esta realidad parece
“invisibilizada”, los niños y niñas que son explotados recorren de
hecho, las zonas céntricas más concurridas y los sectores más coquetos
de la noche mendocina.
Así, las calles San Martín, Las Heras y San Lorenzo. La Peatonal, el
sector comercial de calle Arístides Villanueva, la Alameda, la Terminal
de Ómnibus y la puerta de los casinos, suelen ser los sitios más
frecuentes, donde esta forma de maltrato hacia la infancia se repite a
toda hora y a la vista de todos.
“Vemos incluso, familias y madres con bebés mendigando, frente a la indiferencia de todos los que pasan”, reflexionó Fiorens.
Desde el Gobierno, confirmaron que cada vez hay más niños y niñas mendocinos en situación de calle.
En ese sentido, María de los Ángeles Díaz, directora del Servicio de
Protección de Derechos de la Dinaf, agregó que días atrás incrementaron
las horas de los recorridos que efectuados por los profesionales que
trabajan en el organismo y agregaron más recursos materiales, con el fin
de abordar las distintas situaciones.
Desde la organización Voluntarios en Red
difieren acerca de los dichos del Gobernador sobre el número de personas
que está en situación de calle en nuestra provincia. "En la actualidad
hay unas 150 personas que viven así. Cuando hablamos de esa situación,
también nos referimos a gente que vive debajo de un toldo, en una
villa", dijo el coordinador de la red, Hugo Fiorens.
"No sé con qué parámetro mide este tema el Gobierno. El Gobernador está
faltando a la verdad. Yo lo invito a que nos acompañe los días que
hacemos las visitas a la gente que está en situación de calle",
confrontó Fiorens.
Desde la organización indicaron que ese número de "homeless" (sic)
incluye no sólo familias sino también personas que viven en soledad. Un
común denominador en estos casos es el contexto social en el que están
inmersos, similar al de la familia de Luciana, con predominio de
problemas relacionados con las adicciones y violencia. "En el núcleo
familiar siempre los niños viven situaciones de violencia, ya sea
física, psicológica o ambiental, porque no están bien alimentados o
porque no están escolarizados ni tienen atención médica", agregó el
coordinador.
Según la organización, que cuenta con más de veinte mil voluntarios, las
personas en situación de calle suelen ocupar espacios en la plazoleta
del Indio y la Terminal de Ómnibus de Guaymallén, los alrededores de los
hospitales El Carmen (de Godoy Cruz), Central y Lagomaggiore de
Capital.
Cuando la madre de Luciana estaba embarazada de su última hija -en la
actualidad tiene seis meses- acudieron a los voluntarios en búsqueda de
ayuda. "Iban a comer a la plaza San Martín. Les dábamos leche y otros
alimentos para se llevaran, como ropa y abrigos. Cuando quisimos indagar
más sobre otras alternativas para ayudarlos, no volvieron. Después nos
enteramos que todo lo que le dábamos lo vendían para comprar drogas",
agregó Fiorens.